Angélica Rivera cambió su exitosa carrera como actriz de telenovelas para convertirse en un factor de primera importancia en la proyección personal de su esposo Enrique Peña Nieto.
La trayectoria de la primera dama del Estado de México como una de las actrices más famosas en el país, ha puesto sobre su relación con el mandatario un atractivo especial, sobre todo para la prensa de sociales y espectáculos que sigue paso a paso sus actividades.
Así, la proyección que tiene la figura de
Enrique Peña Nieto como el puntero de todas las encuestas presidenciales, se ha visto reforzada con la figura de su esposa, quien ha dejado de lado la farándula para concentrarse en su familia y su trabajo social como primera dama, además de que es presidenta honoraria de la Cruz Roja.
LA EXPECTATIVA
Desde el inicio, la relación de los dos resultó muy atractiva para los medios y el público. Tras aprobarse la reforma electoral que prohíbe a los gobernantes difundir su imagen, el primer mandatario mexiquense optó por contratar actrices para dar a conocer sus acciones.
De tal forma que Angélica Rivera fue la primera en protagonizar este tipo de campaña en el estado en 2008; en ese año, la actriz fue el rostro de los 300 compromisos de Peña Nieto.
En 2008 se hizo pública la relación del político mexiquense con Angélica Rivera, hecho que causó revuelo. Entonces, algunas revistas de sociales destacaron la cada vez más notoria presencia pública de la pareja en varios actos.
Desde entonces, Angélica Rivera se convirtió en uno de los pilares más importantes para la vida tanto personal como política de Peña Nieto, quien en múltiples ocasiones le ha expresado su gratitud.
La última ocasión tuvo lugar en su último informe de gobierno, en el que de forma muy emotiva, el mandatario se refirió a la primera dama como una compañera de vida. Las palabras conmovieron de forma visible a la primera dama.
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