Andrea Martí caracterizará a una periodista en La mujer de Judas, pero su búsqueda profesional en la vida real apunta hacia otra dirección.
Tomo clases de canto y danza y siempre he querido hacer teatro musical. Estaré concentrada en la telenovela, porque es una historia que me tiene enamorada y no creo que tengamos tiempo, pero al terminarla haré muchos castings, dijo a EL UNIVERSAL la actriz, quien admira a quien es considerada reina del género.
Me encantaría llegar a ser como Lolita Cortés y poder tener todo ese talento en el escenario. La vi en Mentiras y Peter Pan y es una grande, opinó.
Por lo pronto, la sinaloense se concentrará en su papel de Natalia dentro del melodrama que TV Azteca estrenará mañana a las 21:30 horas.
Estoy emocionada de poder participar en una producción de Mari Carmen Marcos, que tiene un gran equipo y todos me han recibido bien.
Ella es Natalia, un personaje distinto a lo que había hecho: una chava con mucho carécter, valiente y que no se deja de nadie; si le dan una cachetada ella responde con tres. No significa que no le duelan las cosas, pero siempre busca la forma de encontrar la solución.
El papel de reportera le viene bien a Marti, pues aunque no es creyente de las leyendas que rodean la telenovela, investigar es otra de sus pasiones.
Me gusta el oficio, porque tiene que ver con la parte en que los actores nos identificamos: nos gusta estar informados y puedo entender esa parte de curiosidad. He platicado con periodistas y ésta parte de la investigación es lo que más me gusta, porque parece que Natalia arma un rompecabezas, añadió.
Miedosa, pero curiosa
La mujer de Judas tiene un tono de thriller místico, basado en una mezcla de creencias religiosas. El tema eriza la piel de Andrea, pero también la motiva.
Soy súper miedosa, esas cosas me dan miedo, las ondas sobrenaturales no me ha pasado y espero no me pase; sin embargo soy muy curiosa y siempre busco el porqué de las cosas. No aprendo, comenta entre risas.
La producción tiene locaciones en sitios donde las historias de suspenso abundan: el pueblo de Xico o el puerto, en Veracruz, y Tequesquitengo, en Morelos.
Grabamos en varios lugares, pero también en una hacienda impresionante, casi llegando a Teques, y eso me emociona más del proyecto porque ofrece visualmente algo distinto, que tiene toques de thriller y suspenso que hará brincar a la gente.
Sobre las creencias y mitos de la cultura mexicana, Marti las define como parte de su encanto: las tradiciones son importantes en nuestro país y me he dado cuenta que la gente de Xico es mágica.
Fuente: El Universal
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